Este libro ha obtenido el "XVIII Premio de Poesía Dionisia García-Universidad de Murcia", cuyo jurado estuvo compuesto por D. Fracisco Javier Díez de Revenga Torres, D. Eloy Sánchez Rosillo, D. José María Álvarez Alonso-Hinojal, Dª. Aurora Luque Ortíz, Dª. Juana Castro Muñoz y Dª Isabelle García Molina.
SUMARIO
De la vida en vilo
Viskningar och rop, Ingmar Bergman
(II) No me dejes, mi amor, desconocerte
(III) El desafío de las horas
(IV) Cada día me cuesta más reconocerte
(V) Claro que miro con amor tu nuevo cuerpo
(VI) Y no, claro que no tienes la culpa
(VII) Desde que estás enferma te averiguo
(VIII) Por ser el padre de tus hijas tuve que arar
(IX) Sois la esperanza en esta noche oscura del cuerpo
(X) Yo sé muy poco, y de la vida casi nada
(XI) Cansado de deletrear la muerte en vano
(XII) No sé qué quedará de mí
(XIII) Uno –es sabido– empieza a verle
(XIV) La obediencia al clarín de esa antemuerte
(XV) ¿Hay en tu herida voz para mi herida?
(XVI) Qué cerca que estuvimos, amor, de desamarnos
(XVII) He vuelto a Dios, y no me enorgullezco
(XVIII) Si de verdad una palabra tuya
(XIX) Ha sido infiel. Perder. Lo sabes
(XX) Luchamos ya también, y al mismo tiempo
(XXI) Tu vida, has de saberlo, no es la única en vilo
(XXII) Vivir no es solo andar sobreviviendo
(XXIII) Después de tanto tiempo
(XXIV) Lleva tu nombre escrita la alianza
(y XXV) ¿Debería enseñar estos poemas?
Del cuerpo en vela
Tu cuerpo es un campo de batalla, Barbara Kruger
(II) El aire solo sabe cobijarse en el aire
(III) Cuerpo de Vía Láctea, cuerponieve
(IV) Hoy tu cuerpo rebosa de lagunas
(V) Mi amor moreno ayer, hoy pelicano
(VI) Tu cuerpo secuestrado crece al fin
(VII) Cuerpo, de nuevo cuerpo con orillas
(VIII) Bebimos del dolor hasta las heces
(IX) Como escamas de una serpiente
(X) Las cosas que andan a la vista
(XI) Tú y yo hemos renacido
(XII) El calandrajo de los días a cuestas
(XIII) La lengua hecha de estiércol. El aliento
(XIV) Las puertas de la sangre: puras fuentes
(XV) ¿Te agotaste de amar? Porque yo no
(XVI) Aún montamos guardia en la atalaya
(XVII) Existes. Huelo a pólvora
(XVIII) El reflejo también forja tu cuerpo, astringe
(XIX) La miel lame tu cuerpo hoy, no el frío
(XX) El año en el que al suelo de la casa
(XXI) Nuestras hijas, su espuma hecha verdad
(XXII) Somos asunto nuestro, asunto uno del otro
(XXIII) Se reblandece el tiempo
(XXIV) No conviertas los ecos en espejos
(y XXV) Este libro eres tú. Tú eres el libro
Sub Rosa
Ozymandias, Percy Bysshe Shelley
(II) El tiempo ha adelgazado entre tu cuerpo
(III) Somos también los cuerpos que gozamos
(IV) Cada hora se asoma a un tú distinto
(V) Como una isla solo recobra su sentido
(VI) Tu cuerpo pronto ya solo verano
(VII) Hay otro cuerpo fuera de tu cuerpo
(VIII) Recuerdos leonados, nervaduras
(IX) En la mudez se esconden tu cuerpo y mi mirada
(X) Nos hemos convertido en un todo sin partes
(XI) Para quien ha vencido al miedo
(XII) El musgo de la música
(XIII) La causa de algo –David Bohm–
(XIV) También la vida exige
(XV) ¿No amanece en la herida?
(XVI) Todos tenemos (como mínimo) un ser de más
(XVII) Medusas en la orilla
(XVIII) ¿De qué manera ver el más acá
(XIX) Asomado
(XX) Huéspedes peligrosos, esqueletos
(XXI) Tras la quiebra, se calla o se habla para siempre
(XXII) Temblor de algas en la luz
(XXIII) Es la luna la que les ladra
(XXIV) Todo deviene hoy complot, una conjura
(y XXV) Traté con otros cuerpos en tu cuerpo
